ENCONTRADOS LOS HUESOS DE UN BRIGADISTA EN BOADILLA

REDACCIÓN - Boadilla del Monte vuelve a asomarse, casi en silencio, a uno de los episodios más decisivos de la Guerra Civil española. El hallazgo de unos restos humanos enterrados junto a un casco Adrian, un modelo de origen francés utilizado durante la Primera Guerra Mundial, ha abierto la posibilidad de que se trate de un brigadista fallecido en el transcurso de la batalla de Brunete, librada en julio de 1937.

El descubrimiento se produjo de manera fortuita. Un vecino, mientras paseaba por el municipio, observó huesos al descubierto a causa de las numerosas madrigueras de conejos presentes en la zona. El aviso dio paso a la intervención de Arqueoantro, una entidad especializada en arqueología de gestión, que comunicó el hallazgo a la Secretaría de Estado de Memoria Democrática.

A partir de ese momento, la Dirección General de Atención a las Víctimas del Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática impulsó los trabajos necesarios para la recuperación de los restos mortales. La Facultad de Ciencias de la Universidad Complutense de Madrid, adjudicataria del contrato, llevó a cabo la exhumación el pasado lunes 22 de diciembre.

Por ahora, la información disponible es limitada. Los restos corresponderían a una persona que pertenecía al Ejército Popular de la República, y serán los investigadores de la Complutense quienes inicien el proceso de identificación genética, con el objetivo de arrojar luz sobre su identidad y las circunstancias de su muerte. Los expertos consideran que la exhumación permitirá obtener datos relevantes tanto sobre las causas del fallecimiento como sobre los combates que pudieron tener lugar en ese enclave concreto de Boadilla.

El contexto histórico sitúa el hallazgo en el marco de la batalla de Brunete, una de las ofensivas más importantes de la Guerra Civil, desarrollada entre el 6 y el 25 de julio de 1937 en el oeste de Madrid. La operación republicana buscaba aliviar la presión sobre la capital y demostrar capacidad militar ante la comunidad internacional. Tras un avance inicial, la contraofensiva franquista, apoyada por la aviación alemana e italiana, resultó decisiva, en un escenario marcado por el desgaste, el calor extremo y la dureza de los combates.

Décadas después, el terreno de Boadilla sigue guardando huellas de aquel conflicto. El hallazgo, discreto pero profundamente simbólico, recuerda que bajo caminos y espacios cotidianos permanecen historias aún sin nombre, a la espera de ser reconocidas y comprendidas.