EL PLENO DE BOADILLA RECHAZA COMPLETAR LA M-50 ENTRE LA A-6 Y LA A-1

REDACCIÓN – La propuesta de VOX para instar a un acuerdo entre la Comunidad de Madrid y el Gobierno de España que permita cerrar el anillo de la M-50 —conectando directamente la A-6 y la A-1— no ha salido adelante. La moción fue rechazada este jueves durante el Pleno municipal de mayo, con los votos en contra del Partido Popular, PSOE y Más Madrid.

La votación ha generado tensión en el salón de plenos y ha reabierto un debate de fondo que preocupa desde hace años a numerosos vecinos: la necesidad de mejorar las conexiones viarias y aliviar el colapso diario en los accesos a Madrid.

Desde VOX, su portavoz Juan Pineda ha calificado el rechazo como una “traición a los intereses de miles de boadillenses” y ha criticado duramente al Partido Popular, al que acusa de “alinearse con la izquierda” y de “defender unas cosas en campaña y hacer otras muy distintas cuando llega el momento de decidir”.

“El cierre de la M-50 es una infraestructura estratégica, no un capricho. Significaría descongestionar vías como la M-40 y mejorar notablemente la movilidad de nuestros vecinos. Hoy, el PP ha vuelto a quedarse en las palabras, mientras nosotros mantenemos el compromiso”, ha señalado Pineda durante su intervención.

El PP, por su parte, no ofreció explicaciones detalladas durante el Pleno sobre su voto, lo que ha motivado el malestar entre algunos sectores ciudadanos y ha dejado un margen abierto a la especulación política. Hasta ahora, el cierre del anillo de la M-50 ha sido una reivindicación constante de diferentes municipios del oeste y norte de Madrid, como Majadahonda, Las Rozas o Boadilla, aunque su ejecución depende de la coordinación entre administraciones regionales y estatales.

Con esta decisión, el debate sobre las infraestructuras pendientes y el papel de los distintos partidos en su impulso entra de nuevo en el foco político local. Mientras VOX insiste en que “no va a soltar este asunto”, otros grupos apelan a enfoques más sostenibles o a priorizar inversiones ya comprometidas.

La polémica queda servida, y lo que parecía una votación técnica sobre infraestructuras se ha convertido en una nueva batalla política que, según todo apunta, tendrá recorrido en los próximos meses. Mientras tanto, miles de conductores seguirán recorriendo cada día los mismos tramos colapsados, pendientes de si algún día el anillo se cierra de verdad.