EL BELÉN VIVIENTE DE BOADILLA VUELVE A LLENAR LA MILAGROSA DE FAMILIAS, TRADICIÓN Y VIDA COMUNITARIA

Redacción Boadilla IN – La finca de La Milagrosa volvió a convertirse este fin de semana en uno de los principales puntos de encuentro de la Navidad en Boadilla del Monte. Cientos de familias se acercaron hasta este entorno natural para disfrutar del Belén Viviente, una cita que, año tras año, refuerza su peso como tradición compartida y como espacio de convivencia intergeneracional.

El recorrido, pensado para ser disfrutado a un ritmo pausado, permitió a vecinos y visitantes sumergirse en una recreación navideña que combina escenas tradicionales con un entorno natural muy reconocible para el municipio. Uno de los elementos más destacados volvió a ser la presencia del rebaño de 600 ovejas, que no solo acompañó el desarrollo del Belén, sino que permanecerá en la zona hasta el verano como parte de una medida de prevención ambiental frente a incendios forestales.

La jornada estuvo marcada por la participación activa de asociaciones, colectivos culturales y vecinos de Boadilla, que aportaron vida y dinamismo a un evento construido desde la colaboración. La música tuvo un papel central gracias a la actuación del coro de Secundaria del colegio Highlands School Los Fresnos, que interpretó villancicos a lo largo del recorrido. A ello se sumaron propuestas de danza, una zambomba flamenca y diversas actividades infantiles que hicieron del Belén un espacio especialmente atractivo para los más pequeños.

Junto a la vertiente cultural y festiva, el Belén Viviente incorporó también un componente solidario. Durante la jornada se desarrolló una recogida de pañales, leche infantil y productos de primera necesidad, impulsada por la Fundación Golfín, que permitió canalizar la participación ciudadana hacia el apoyo a familias con necesidades básicas.

El ambiente se completó con propuestas gastronómicas tradicionales que acompañaron el frío propio de estas fechas: chocolate con churros, castañas asadas y migas camperas, que contribuyeron a crear un clima cercano y familiar, donde el tiempo parecía detenerse entre conversaciones, música y escenas navideñas.

Con el paso de los años, el Belén Viviente de Boadilla se ha consolidado como algo más que una cita del calendario festivo. Es un evento que refuerza los vínculos vecinales, pone en valor el entorno natural del municipio y mantiene viva una forma de celebrar la Navidad basada en la participación, la tradición y el compromiso social. Una jornada que, sin grandes artificios, vuelve a recordar el valor de encontrarse y compartir.